jueves, 22 de agosto de 2024

Pixel 9 Pro: Este año no, Google.

Ya está disponible el último teléfono de Google, el Pixel 9 y Pixel 9 Pro / XL. Aunque me gusta mucho el diseño y los pequeños cambios que han introducido a nivel estético y de construcción, creo que este año pasaré de él y seguiré usando el Samsung Galaxy S24 Ultra. Te cuento por qué...

No pienso poner la fuente de esta imagen, jajaja

Mi último teléfono de Google fue el Pixel 8 Pro; pero no puedo decir que lo haya disfrutado mucho; de hecho, lo devolví antes de que se acabara el periodo de prueba. Antes, había sido usuario del Pixel 7 Pro por algunos meses; pero lo acabé vendiendo pronto. Y me tendría que remontar al Pixel 4 XL, el Pixel de Google que más me ha gustado y que aún conservo en el cajón (con la placa base muerta 💀).

Pixel 8 Pro y iPhone 15 Pro Max. Foto tomada para una entrada que nunca vio la luz

Este año, también he seguido de cerca el lanzamiento de los nuevos Pixel; pero a diferencia de los dos años anteriores, esta vez no lo he reservado. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza 3 veces en la misma piedra; así que adelantándome al refrán, decidí dejar escapar las escuetas ofertas de lanzamiento, y ver el toro desde la barrera. 

¿Por qué no he reservado el Pixel 9 Pro?

Pues como ya he dicho, pinchar 2 años seguidos me ha servido de aviso; pero es que además este Google Pixel 9 Pro no pintaba que fuese a ser un gran revulsivo; ya no en el mundo de la telefonía, si no en la propia gama de Google Pixel. Habría sido muy sencillo. Los usuarios sólo pedíamos ciertas cosas básicas para un teléfono de este precio:

  1. Chip Snapdragon 8 Gen 3 o equivalente.
  2. Memoria UFS 4.0.
  3. Mejor módem.
  4. Mejor batería.

De estas 4 cosas, parece que sólo han incluido las 2 últimas; una pantalla más brillante y sensor de huellas ultrasónicos.

Posiblemente el mejor rendimiento de la batería venga por un modem más eficiente y un procesador que se toma las cosas con calma. Y no digo que no sea suficiente; pero a estos precios hay que exigir lo mejor.

En este vídeo, podéis ver como no sólo el Tensor G4 no es un procesador de gama alta. Es que además, le pierde el pulso al procesador del Poco X6 Pro, un terminal que cuesta 300€ y renderiza vídeo más rápido y carga las apps y juegos antes. Pero no hablamos de que renderiza vídeo un poco más rápido, no. En el vídeo, el Poco X6 Pro se toma 6 minutos y el Pixel 9 tarda más de 18 minutos. 

No me parece justificable a estas alturas. 

En cuanto a cámaras, parece que no hay ningún salto apreciable que justifique el desembolso.

Pero, la experiencia Pixel es lo que cuenta

Esto es lo que más se suele repetir entre los fans más acérrimos del Pixel. Y reconozco que a mí también me gusta mucho la capa de Pixel. Las actualizaciones te llegan antes que a nadie, las feature drop que llegan cada pocos meses, la integración de la inteligencia artificial (con matices), etc.

De hecho, para mí, el principal motivo de comprar un Pixel son estas cosas que acabo de nombrar.

Claro, que luego te compras el Pixel más caro, la batería te hace 5h de pantalla, se calienta más que ninguno, sufre de caídas de rendimiento más acusadas y notas que las apps no abren igual de rápido.

Y aquí me quiero parar para dar mi opinión acerca de Gemini. A día de hoy, es el principal reclamo de este Google Pixel 9 Pro. Y lo cierto es que las características más "interesantes" aún no están disponibles en español y ya veremos cuándo acaban llegando.

Gemini Advanced funcionando en un Google Pixel 9 Pro

También tengo que decir, que de momento, las funciones de IA que he visto integradas en diferentes teléfonos, me parecen más una curiosidad que otra cosa. Quizás en algún momento llegue a sacarle realmente partido; pero a día hoy, mi teléfono sigue siendo una herramienta para hacer 4 cosas. Si necesito trabajar, me iré siempre al PC. Y es ahí donde quiero tener las aplicaciones más avanzadas de inteligencia artificial que puedan ser útiles para mi trabajo.

Google, sin embargo, lo que quiere es que acabemos pagando una suscripción a Gemini Advanced. No sé vosotros, pero yo no estoy interesado en pagar muchas suscripciones.

sábado, 3 de agosto de 2024

La crisis de los 40

Esta entrada es una opinión personal sesgada por mi limitada; pero acertada visión y gran sabiduría. Si no estás de acuerdo, es respetable aunque te estés equivocando.

La crisis de los 40 es la "crisis" que más preocupa a las personas y no lo digo yo, lo dice Google Trends.

En amarillo representada las búsquedas de "la crisis de los 40"

¿Qué es la crisis de los 40?

Uffff, aquí no hemos venido a dar definiciones académicas; pero se puede intentar. La crisis de los 40, es una crisis que puede ocurrir en el ecuador de la vida (¡toma ya, menudo académico! Si has dicho lo mismo pero con otras palabras.). Por supuesto, no es algo que afecte a todo el mundo por igual; aunque a quien más o a quien menos, le acaba salpicando (esto me lo acabo de inventar). No te decepciones por una introducción tan mala, te prometo que más adelante la cosa va mejorando y ahondaremos en este concepto en el resto del post.

¿Qué ocurre en la crisis de los 40?

En esta etapa de la vida te surgen cuestiones que en la juventud no suelen aparecer de forma tan profunda. Si analizamos la vida típica de una persona, más o menos seguimos un patrón marcado por la familia, los amigos, enseñanza básica, estudios superiores, Monkey Island, trabajo, pareja, hijos, madurez, jubilación, tercera edad y game over.

Hasta que conseguimos nuestro primer trabajo y alcanzamos cierta estabilidad, nuestra vida está llena de cambios, de aprendizaje y evolución constante. Hasta que un día te levantas y dices: 

- Estoy hasta los huevos de hacer siempre lo mismo.

Ha, ha!
Y ahí ya te das cuenta que has entrado en el valle de la madurez. En esta fase, llena de responsabilidades, posiblemente tu vida ya no sea tan emocionante. El trabajo limita tu libertad, tienes hijos (o perrijos, si eres idiota) que requieren parte de tu tiempo; los amigos con los que salías de parranda no sabes ni si siguen existiendo y tu vida social se reduce a mínimos.

En este valle, cada día es casi un copia y pega del anterior. Sí, a veces haces algo distinto. En un arrebato de locura, en lugar de ir a hacer la compra al Mercadona, vas al Aldi y te vienes sin la mitad de las cosas. El valle de la mediana edad es largo a priori; pero por culpa de la percepción del tiempo que tenemos a estas edades, va pasando rápido. Y esa velocidad te hace ser cada vez más consciente de la fugacidad del tiempo

En la crisis de los 40 te empiezas a dar cuenta de que ya no eres un chaval. Tampoco es que quieras serlo; pero ser consciente de que estás ya al menos una generación "fuera de onda" te pilla de nuevas. Sintonizas "Los 40" y piensas: "Coño, qué mierda de música; qué mal gusto tiene la gente". Luego recuerdas que en tu época, también escuchabas cosas raras que tus padres no compartían y comienzas a entender qué está pasando.

Pero esto son temas menores. La crisis de los 40 no va de si te gusta el reggaetón y el trap (eso es de enfermos, tengas la edad que tengas). La crisis de los 40 es ser consciente de que posiblemente, la mejor etapa de tu vida ya pasó: crecer, aprender, jugar con los amigos, salir, enamorarte, tener hijos, obtener tu primer trabajo, sentirte libre, etc. 

A los 40 ya sabes que con suerte, sólo te queda una segunda parte de tu vida. Y esa segunda parte ya no pinta tan bien. La vejez puede ser una etapa llena de sabiduría, templanza y sosiego. Lo puedes adornar como quieras para sentirte positivo. Si engañarte te funciona, genial.

Y no sólo empiezan a aparecer nubarrones sobre ti en el futuro próximo. Miras a tus padres, y te das cuenta de que son mayores. Ellos, que hace nada estaban en la década de los 50, ahora se acercan o pasan de los 70. No quieres ver cómo tus padres se convierten en ancianos. Quieres ver a tus padres siempre jóvenes, llenos de vitalidad. Es así como siempre han sido.

Tus hijos te tratan como a una persona de "otra época". Entran en la adolescencia y necesitan revelarse para construir y definir su propio "yo". En ese proceso, esculpen su personalidad en base a sus nuevos gustos, preferencias, amistades, modas, etc. Pasas a un segundo plano; pero no menos importante. Está bien, es parte de la vida. Pero los miras y es complicado no echar de menos cuando tenían un añito y cada día era una nueva aventura a su lado.

Por supuesto, este valle de la madurez no está para lamentarse por lo que ya pasó y por lo que tenga que venir. Tal y como lo veo, la crisis de los 40 es inevitable. No puedes obviar aspectos tan importantes:

- Tus padres se hacen mayores.
- Tus hijos crecen.
- La vida es más monótona.
- Le has dado "la vuelta al jamón".
- Las cosas ya no te emocionan al mismo nivel.

Alguno dirá: 

- Eso son tonterías, la edad es un estado mental. 

Y una mierda para ti. No, la edad no es un estado mental. Tu estado mental, está relacionado con tu percepción de la vida y tu actitud ante la misma. Y la edad está relacionada con el paso del tiempo y el envejecimiento. Puedes tener un gran estado mental e ignorar la crisis de los 40. Lo cual es genial; pero saber que está ahí no tiene por qué ser malo. De hecho, estoy convencido al 99,82%, de que es positivo.

Soy consciente de que por mucho que yo quiera, no voy a vivir nada igual a la experiencia de ser padre, por ejemplo. Y que ya, nunca me apetecerá salir todos los fines de semana a saltar en una discoteca, por muy bien que me lo pasara en aquellos años. Aunque quizás si pusieran break-beat...

¿Qué tiene de bueno entonces la crisis de los 40?

Como todos entendemos, el paso del tiempo es impepinable. Y la crisis de los 40 no se trata de estar amargado por ello, ni mucho menos. De hecho, la crisis de los 40 ocurre en un momento perfecto. Es un toque de atención maestro en uno de los mejores momentos de tu vida. Cuando aún eres lo suficientemente joven como para conseguir casi cualquier cosa que te propongas (no quieras batir el récord mundial de los 100m lisos) y tienes la suficiente experiencia como para saber hacia dónde quieres apuntar. 

Cambiar en este momento no es mala idea. No se trata de comprar un deportivo; eso no va a funcionar. Se trata de establecer nuevas metas, si crees que las necesitas, y darle un nuevo sentido a tu vida. 

¿Cómo se hace eso?

Yo qué sé. ¿Tú has visto el nombre del blog? Este sitio debería tratar sobre videojuegos.