Eso sí, sé que tiene delito; pero hay que ir con la verdad por delante. Dado que mi interés estaba más en los logros que en conocer el propio juego; me lo he pasado con una guía por delante (de principio a fin).
Dada las circunstancias, no me encuentro en posición de hacer una crítica muy objetiva. El argumento del juego me ha parecido aburrido. Encarnamos el papel de Ben, un motero que es acusado de un crimen que no ha cometido y que además, tiene que salvar la empresa de motos más importante del país, cuyo malvado y futuro dueño pretende convertir en una compañía de autocaravanas.
Full Throttle está muy lejos de obras como Grim Fandango o Day of the Tentacle. Tim Schafer creo que no estuvo demasiado inspirado con este juego; aún así para gustos... Es además un juego muy corto (más con guía claro); aunque teniendo en cuenta lo poco que me estaba gustando, se agradece.
Full Throttle tuvo el honor de estrenar el menú de acción que pudimos ver posteriormente en Curse of Monkey Island. También introdujo alguna mecánica diferencial como las peleas de motos (odiosas desde mi punto de vista).
En definitiva, una aventura que tarde o temprano tenía que jugar (como otras que sigo teniendo pendiente); pero como me esperaba, no me ha gustado, ni la puedo recomendar.
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