Esa era la expresión que usabamos muy a principio de los 90 para decir que ibamos a clases de mecanografía. Por aquel entonces lo de la informática todavía no había llegado a todos los hogares; y sin embargo, era bastante habitual contar con una máquina de escribir.
He encontrado una foto de la mía (hasta del mismo color); pero que ya no tengo porque se llevó un golpe y el retorno de carro dejó de funcionar. Era una flamante Olivetti Lettera 25; que dicho así, parece que estoy presentando un escaparate de El Precio Justo. Una de las cosas más divertidas que tenía era la triple selección de color (negro, blanco y rojo). El blanco lo que hacía era no levantar la cinta con la tinta cuando pulsabas la tecla.
Salvo por el detalle de la Ñ, era igual |
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