Los que sigáis el blog sabréis que uno de mis hobbies es la fotografía. Empecé con una cámara de carrete que me regalaron con 9 años y me parecía algo apasionante; pero el tema del precio del revelado y los carretes hacían que no pudiera sacarle mucho partido.
Empecé en serio con una Panasonic Lumix FZ18. Una bridge de sensor pequeño pero que me daba mucho juego. Lo bueno de estas cámaras es su amplio rango focal. Pero claro, esto en fotografía tiene un precio, y es la calidad. Y ojo, quje si eres novato como lo era yo en su momento, pues ni te das cuenta y tan feliz. Luego empiezas a leer que si las aberraciones cromáticas, que si falta de definición en las esquinas, que si apertura máxima... y te acabas caleantando. La disfruté durante varios años hasta que un día decidí dar el salto a reflex.
Mi mujer ♥️ me regaló una fantástica Nikon D5100. Una de las cámaras más exitosas de Nikon por contar con un muy buen sensor, se muy portable, pantalla abatible y económica.
Este fue el unboxing que hice en su momento con el desparpajo que me caracteriza.
La Nikon D5100 fue una cámara que usé mucho. Posiblemente la que más he usado. Con ella llevaba siempre el famoso 35mm f1.8, el 18-55 del kit y un Tamron 70-300 VC USD que era y es una maravilla para su precio. Hice todo tipo de fotografía: retrato, macro (invirtiendo el objetivo y con tubos de extensión), retratos, nocturna, ... Ojo, digo que hacia todo tipo de fotografía, no que fuera un hacha en ello. Ni mucho menos, pero los resultados se notaban y mucho respecto a las posibilidades que da una bridge.
Con el tiempo, la Nikon D7000 bajó mucho de precio. Sobre todo de importación y el hecho de tener doble dial para controlar apertura y velocidad de obturación, botón para ISO o motor de enfoque integrado en el cuerpo. Hicieron que fuera mi siguiente cámara. En este caso no gané calidad, ya que incluso comparten el mismo sensor. Pero sí era muy de agradecer todo lo que he comentado, así como doble ranura para SD, mejor visor, cuerpo sellado, mayor autonomía, mejor ergonomía. Aunque también se perdía algo que sí me dolió un poco y fue la pantalla abatible. Algo realmente cómodo.
Con el tiempo, la Nikon D7000 bajó mucho de precio. Sobre todo de importación y el hecho de tener doble dial para controlar apertura y velocidad de obturación, botón para ISO o motor de enfoque integrado en el cuerpo. Hicieron que fuera mi siguiente cámara. En este caso no gané calidad, ya que incluso comparten el mismo sensor. Pero sí era muy de agradecer todo lo que he comentado, así como doble ranura para SD, mejor visor, cuerpo sellado, mayor autonomía, mejor ergonomía. Aunque también se perdía algo que sí me dolió un poco y fue la pantalla abatible. Algo realmente cómodo.
La D7000 ha sido mi cámara durante 4 años aproximadamente. Con ella cambié el 18-55 por el Sigma 17-70 Contemporary, añadí a mi colección el 50mm f1.8D y el Tokina 11-16 f2.8 Pro (v1). Nótese que estos dos últimos objetivos no cuentan con motor de enfoque, por lo que fue una de las razones de saltar a la D7000.
En esta espiral de evolución consumista, un día decidí tomar lo que fueron las 2 peores decisiones que he tomado en el mundo de la fotografía
Seducido por el sello dorado de FX |
La primera fue saltar sin paracaídas al mundo de full-frame con una maravillosa Nikon D750. Máquina que tuve durante un par de meses y que tuvo que ser así para darme cuenta de que me sobraba máquina por todos lados y además, las lentes que yo quería usar con ella, costaban más de lo que estaba dispuesto a gastar. Ya por entonces había vendido todas las ópticas para DX. Sólo me quedaba el Tamron 70-300 y el 50mm, las dos únicas compatibles con la D750.
Me quedé pensando durante esos dos meses qué tipo de fotografía hacía y qué máquina me valdría para ello. Lo vi claro, era el momento de saltar a las cámaras EVIL (cámaras sin espejo). La elegida fue la Olympus OM-D EM10 Mark II. Una cámara que de importación no me salió mal de precio y a parte de tener un pancake de 14-42 si mal no recuerdo, le calcé un Zuiko 45mm f1.8 que era una maravilla para retratear.
La Olympus OM-D EM10 MarkII es la cámara más bonita que ha pasado por mis manos |
Tengo cosas buenas que decir de estas cámaras, como que su parque de lentes es bueno, ocupan muy poco, el visor no está mal, cuentan con calidad sobrada para cualquier tipo de trabajo. Pero como dije hace algunas líneas, ésta también fue otra mala decisión.
La razón es discutible, pero yo sigo manteniendome en mis trece. En relación calidad/precio no hay mejor parque de lentes que las que existen en DSLR con formato APSC. Objetivos como el 35mm 1.8, 50mm, Sigma 17-50 f2.8, Tokina 11-20f2.8 son objetivos "baratos" y con una calidad profesional. Cosa que en micro 4/3 es imposible de encontrar salvo por el mencionado Zuiko de 45mm.
Esto como digo es discutible asi que lo dejo a modo de opinión personal. Puedes estar de acuerdo o no. Por otro lado, echaba muy en falta el visor óptivo, la ergonomía de una refléx (aunque no su peso), los accesos directos, la velocidad de enfoque (estamos hablando de cámaras que rondan los 500-600€), los objetivos anteriomente mencionados,... Todo en general me hizo recordar que mi formato era el DSLR APSC.
Y aquí estamos ahora, con una Nikon D7200 de importación (me gusta jugármela) Por unos 550€ es imposible encontrar nada que le haga sombra en el mundo de la fotografía y quien no esté de acuerdo, que venga aquí y diga lo contrario.
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